Mestizaje es el encuentro biológico y cultural de etnias diferentes, en el que éstas se mezclan, dando nacimiento a nuevas etnias y nuevos fenotipos. Se utiliza con frecuencia este término para describir el proceso histórico sucedido en América del Sur que la llevó a su estado racial y cultural actual. Sin embargo, puede también referirse a otros pueblos que hayan atravesado un proceso de encuentro entre varias etnias, en lugares como Filipinas, Sudáfrica o Estados Unidos.
En la historia de las naciones modernas, el mestizaje fue atravesado por numerosos factores, como el clima, las particularidades culturales de cada comunidad, u otros aspectos que provocaron que en diferentes regiones dentro de un mismo país, el mestizaje haya sucedido en diferentes ritmos y grados de profundidad. El ejemplo latinoamericano es notable, puesto que ejemplifica una mezcla étnica expandida por gran parte del territorio.
El aporte africano a la cultura Americana
El ingreso de africanos a Nueva España tuvo lugar desde el comienzo de la conquista y duró hasta el primer tercio del siglo XVIII. No obstante, su ingreso masivo comenzó hacia finales del siglo XVI, abarcando alrededor de unos 70 años, es decir, de 1580 a 1650 aproximadamente (Aguirre Beltrán 1946; Ngou-Mvé 1994). A partir de esa fecha la introducción de africanos fue decayendo hasta casi extinguirse en las primeras décadas del siglo XVIII. La mayoría de africanos fueron llevados a Nueva España en calidad de esclavos a través de la trata negrera. Al iniciar la Colonia los primeros esclavos procedieron de Marruecos y Mauritania. Durante el siglo XVI, predominaban los esclavos de las inmediaciones de Cabo Verde (desde Senegal hasta Sierra Leona) y el llamado Golfo de Guinea (región situada entre Costa de Marfil y Nigeria), más adelante, a finales de ese mismo siglo y durante la primera mitad del XVII, cuando la trata alcanzó su mayor auge, las deportaciones de africanos fueron del área cultural bantú (principalmente del Congo y Angola).
Las razones de la trata fueron principalmente económicas, el creciente desarrollo que tuvieron las industrias coloniales implantadas por la corona española en Nueva España requería de una gran cantidad de fuerza laboral. En los inicios del periodo virreinal los pobladores originarios fueron obligados a trabajar en las empresas de los conquistadores españoles a través de las encomiendas; el abuso y maltrato constante de los encomenderos y las epidemias de viruela y sarampión casi acabaron con la población indígena. Se calcula que en algunas regiones logró salvarse menos del uno por ciento de la población que las habitaba antes de la conquista española (Aguirre 1958: 36). La creciente mortandad indígena disminuyó la mano de obra nativa lo cual repercutió en una mayor dependencia en la fuerza de trabajo de esclavos africanos. Esto propició que el tráfico esclavista adquiriera mayores proporciones.
La mayor parte de africanos llegados a Nueva España arribaron por el puerto de Veracruz, de allí eran llevados a lo que es ahora la ciudad de México para ser comerciados y transportados en el interior. Las actividades a las que se destinó a los africanos fueron el trabajo doméstico, la industria de la caña de azúcar, el obraje, la minería y la labor ganadera. Aunque la distribución de africanos fue relativamente homogénea en Nueva España, algunas regiones tuvieron proporciones más elevadas de africanos dependiendo de las empresas coloniales desarrolladas en cada lugar. Las zonas con intensa actividad minera, ganadera y azucarera, requirieron de mayor fuerza de trabajo africana. Tal fue el caso de los dos enclaves costeros con mayor población afromestiza en el país: la región de Veracruz con sus zonas colindantes, y la llamada Costa Chica que comprende parte de los litorales de los estados de Guerrero y Oaxaca. También otros factores favorecieron el alto número de población afromestiza en estas zonas. La dinámica propia de los puertos coloniales, como Veracruz y Acapulco en ambas regiones, intervino para que posteriormente gran parte de la población de las costas estuviera conformada por “gente de color quebrado”. Asimismo, la cantidad de estancias ganaderas, el tráfico clandestino de esclavos y el cimarronaje presente a lo largo de las franjas costeras en el periodo colonial favorecieron la prominencia de población afromestiza en estas regiones. Cabe mencionar que la región de la Costa Chica, a diferencia de la del Golfo, mantuvo aislamiento relativo con respecto al conjunto del país hasta mediados del siglo XX, por lo que ha sido considerada por varios investigadores como una región con mayor presencia africana.
Por otra parte, aunque hay varios estudios que confirman que en la región central y occidental de México hubo una población africana significativa, ésta se diluyó gradualmente -aunque no su influencia cultural- por la mayoría numérica de españoles, criollos e indígenas en la zona y por el mestizaje frecuentemente buscado por los africanos al tratar de unirse y procrear hijos libres con grupos sociales de mayor jerarquía dentro de la estratificación étnica colonial, pese a los esfuerzos de las autoridades coloniales de mantener separados a los distintos grupos.
- Las Filipinas el comercio con china
- 2. En 1519, Fernando Magallanes, navegante portugués al servicio de Castilla, inicio un viaje que lo conduciría alrededor del mundo. Su objetivo era rodear las posesiones españolas y llegar al lejano oriente para intervenir en el comercio del la travesia permitio calcular el tamaño del mundo y ubico el paso (el Estrecho de Magallanes) que conectaba a la Mar De Norte u Oceano Atlantico con la Mar del Sur, tambien llamadas Oceano Pacifico
- 3. La expedición de Magallanes-Elcano encontró las corrientes marítimas que permitían llegar al Lejano Oriente navegando hacia el occidente, aunque todavía quedaban por localizar las corrientes que harían posible retornar, a América desde China, Japón y los archipiélagos del sur de Asia.
- 4. En 1964, Miguel López de Legazpi, acompañado por el piloto Andrés de Urdaneta, zarpo de las costas de la Nueva Galicia. A principios de 1565, llego a uno de los archipiélagos asiáticos y puso en marcha las tareas necesarias para incorporar el lugar a las posesiones españolas. Urdaneta comenzó a buscar el modo de regresar a las indias y lo encontró navegando hacia el noreste: a la altura de Japón ubico una corriente marítima que, en menos de cuatro meses, lo condujo a la Alta California, desde donde costeo hasta llegar a Acapulco.
- 5. Las monedas de plata novohispana viajaban a las islas en un barco llamado Galeón de Manila o Nao de China. Intercambiaban productos obtenidos en diversos puntos de China y del sureste asiático: sedas, especias, muebles finos, artículos de marfil y, durante un tiempo esclavos
- 6. Por su parte, el galeón emprendía el viaje de regreso y llegaba a Acapulco donde su cargamento era destruido entre distintos compradores . Aun cuando se suponía que la mayoría de los productos llegados del Oriente deberían ser remitidos a la metrópoli, lo cierto que era una buena cantidad de ellos permanecía en Nueva España o era de nuevo embarcada con destino a Perú.
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