La Revolución Industrial: su impacto en la producción, el comercio y las comunicaciones
La desaparición del antiguo Régimen, con sus grandes consecuencias políticas, coincidió con una profunda transformación económica y social. Las formas de producir bienes y comerciar los, y las herramientas y los tipos de energía utilizados cambiaron de manera radical, al igual que se transformó el enfoque de la economía y la vida de la gente del campo y la ciudad. Este proceso se conoce como Revolución Industrial.
El cambio más determinante se produjo en el proceso productivo, pues el taller artesanal se pasó a la fábrica. La producción familiar -donde el productor era dueño de sus herramientas y de su producto- se volvió colectiva; el obrero trabajaba para patrones que eran los propietarios de la herramienta y del producto. La producción se dividió en tareas al cuidado de diversos trabajadores especializados y comenzó la utilización de maquinaria para realizar ciertas labores.
El inicio de la Revolución Industrial ocurrió en Inglaterra debido a ciertos factores favorables:Modernización de la agricultura mediante la incorporación de nuevas técnicas de cultivo, fertilizantes y máquinas, con lo que fue posible alimentar a más gente y, en consecuencia, creció la población.
- Aumentó del número de habitantes, lo cual significaba más manos para trabajar.
- La influencia comercial británica, que proporcionaba materias primas y mercados para colocar sus productos.
- La disponibilidad de un imperio colonial muy extenso que suministraba recursos y constituía un amplio mercado para la metrópoli.
- Un régimen político sólido desde el siglo XVII: la monarquía liberal parlamentaria.
- Un sistema bancario organizado y una moneda estable: la libra esterlina (que hoy se sigue utilizando en Reino Unido).
- Abundancia de hierro y carbón, lo que favoreció el desarrollo de la industria siderúrgica. También abundaba el agua aprovechable como fuente de energía y vía de transporte a través de ríos y canales.
- El ser una isla facilitaba el comercio nacional e internacional por vía marítima.
Las clases trabajadoras y los primeros movimientos obreros
La expansión de la industria cambió el rostro de los centros urbanos y alentó la formación de nuevas ciudades cerca de las plantas industriales, las minas y las líneas de ferrocarril. Estas transformaciones fueron tan rápidas que generaron inevitablemente problemas ambientales y sociales. El humo de las fábricas y los desechos industriales contaminaron la atmósfera y el agua, provocando el deterioro del medio ambiente. A su vez, la migración de campesinos a las ciudades y los centros industriales provocó escasez de vivienda y servicios. Así se formaron barrios con problemas de hacinamiento e insalubridad, y se propagaron enfermedades como la tuberculosis, el cólera y la fiebre tifoidea.
Además del proletariado y la burguesía, poco a poco se formó una tercera clase: la clase media, compuesta por pequeños comerciantes, profesionistas y funcionarios, es decir, aquellos que no eran proletarios ni burgueses y vivían en las ciudades.
A partir de 1820 en Inglaterra se formaron las primeras Trade Unions, es decir, sindicatos, que agrupaban a trabajadores de un mismo sector productivo. Al comprobar que el sindicalismo era insuficiente, los obreros extendieron su lucha al terreno político. En 1883 los dirigentes sindicales ingleses elaboraron la Carta del Pueblo y dirigieron un movimiento, conocido como cartismo, para presionar al Parlamento a ratificar su documento; sin embargo, las divisiones internas y la represión impidieron su éxito.
A partir de estas primeras experiencias, otros intelectuales plantearon ideas analíticas que extendieron la influencia del socialismo, como Mijalí Bakunin, Pierre-Joseph Proudhon, Karl Marx y Friedrich Engels. De Bakunin y Proudchon surgió la corriente del socialismo libertario (o anarquismo), la cual pretendía que los obreros controlaran la industria sin que el Estado o cualquier otra institución con poder interviniera.
Por su lado Marx y Engels postularon el socialismo científico, con el que los obreros (proletariado) conquistarían el poder organizados en partidos e instaurarían un nuevo Estado, mediante la dictadura del proletariado. Todas las corrientes socialistas apuntaban a una ciudad futura utópica, igualitaria, sin clases sociales y sin Estado, donde cada persona trabajaría voluntariamente en beneficio a la comunidad.
Contrastes entre el campo y las ciudades, y cambios demográficos
La Revolución Industrial provocó cambios en la población gracias al progreso de la medicina y la revolución agrícola que mejoró la alimentación, de manera que la mortalidad disminuyó al mismo tiempo que aumentó la natalidad. La población de Inglaterra se incrementó de 8 millones en 1750 a 28 millones en 1850.
El acceso a muchos de estos servicios lo determinaba la clase social. Las tabernas de la clase obrera, por ejemplo, eran distintas a los restaurantes, cafés y teatros a donde asistían la clase alta. De igual forma, las casas eran muy distintas; las obreras, casi idénticas entre sí, eran angostas y apiñadas en barrios marginales, mientras que las burguesas eran amplias y con frecuencia contaban con jardines
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